La suspensión del Dakar deja en la cuneta a los patrocinadores

Ante la amenaza terrorista, Repsol, Volkswagen y Mitsubishi, entre muchos otros, han visto como las ilusiones de todo el año se esfuman un día antes de empezar la carrera.
“Hay muchos desiertos en el mundo”, afirmó ayer Marc Coma, pero ninguno tan peligroso como el que atraviesa el rally Lisboa Dakar, que ayer fue suspendido ante las graves amenazas del grupo terrorista Al Qaeda. Este incidente vuelve a abrir la puerta a que el Dakar transcurra por otros continentes, como Latinoamérica, según apuntaban desde Nissan.Ésta es la primera vez que se cancela una de las pruebas de automovilismo más duras del mundo, constituida en 1979. El circuito, que contaba con 570 participantes, 240 motos y 100 camiones, debería haber comenzado hoy en Lisboa y haber concluido, tras quince etapas y 9.500 kilómetros, el 20 de enero en la capital de Senegal. Pero, debido a las “firmes recomendaciones” del Gobierno francés, Amaury Sport Organisation (ASO), puso fin a un Dakar que todos coinciden en que “ha quedado herido de muerte”. Según fuentes de la competición, la decisión también podría responder a la falta de cobertura por parte de las compañías aseguradoras de la prueba. No obstante, según Roger Kalmanowitz, director de relaciones exteriores y seguridad de ASO, “el Dakar está asegurado en caso de anulación contra todo tipo de riesgos, incluso las amenazas terroristas, y hemos pagado primas por ellas”, aseguró ayer.Algunos expertos señalan que esta suspensión “podría sentar un precedente en un año repleto de acontecimientos deportivos internacionales como la Eurocopa de fútbol y los Juegos Olímpicos ”. En general, empresas y corredores se mostraron ayer muy decepcionados, ya que además de la ilusión, se ha perdido todo lo invertido en la puesta a punto de los vehículos y otros gastos. A la decepción por el rally, se sumó la triste noticia de que el padre del piloto Manuel Plaza sufrió ayer un derrame cerebral. Desde Mitsubishi, campeón de la pasada edición en coches, apuntan que lo más seguro es que “el patrocinio contratado para esta prueba se trasladará a la de años siguientes”. Según Kalmanowitz, el coste de producción de imágenes asciende a ocho millones de euros y el de la puesta en marcha de la prueba supera los 12 millones. El socio principal de la prueba, Euro Milhones, aporta entre 1,5 y 2 millones. No obstante, la publicidad contratada ya está dañada. A esto hay que sumar “el coste de oportunidad de haber ganado la prueba”. Repsol, patrocinador de Mitsubishi Ralliart en coches y del equipo KTM en motos, mostró el mismo descontento, aunque mantendrá la caravana solidaria que transcurre paralela a la prueba.